mordiendo el vacio
ahogandome a bocanadas de tension
mascando el aroma a desazon
a derrota,
a indiferencia resignada,
pues escupi pataletas
me deshice en berreos,
lastimosos lloriqueos
mendigando atencion...
y me respondio la ausencia,
cuando al fin abri los ojos
y vi que en la habitacion
solo estaba yo.
Escarpado el tacto,
por el frio, por el miedo,
porque no encuentro el interruptor
y si camino me ostio contra paredes,
y esos muros me hieren
me limitan, me encierran,
acongojan y acojonan,
me amedrentan.
Me consumen.
Y enmudezco,
no me atrevo a hablar,
mi voz se ha vuelto cobarde,
y en una crisis de autoestima
ya no cree en si misma.
Incluso ha aprendido a evaporarse
sin quejarse.
