dissabte

Peluche


Y perdóname
que a veces cojo ese peluche
que hace las veces de mi presente
y me gusta descoserlo
y hurgar en lo que hay dentro
desparramar esa nube sintética
que por órganos y sangre posee...
Y sin querer salpico.
perdona si te ha ido
algo de ese algodón
y quedó adherido en tu chaqueta
y no logras sacudirlo.
No es mi intención
que paguen por mi autopsia
quienes están cerca.

dilluns

Piti y pifia

Arroz prensado
pulido y laminado,
herbas vegetales,
filamentos resecos.
rematando mi dosis
un tampón celuloso
barrera contra los flujos
de carga nicotinal.

Por bujía de arranque
chispas minerales,
viajando ondulantes
sobre gotas de gas.

El humo por atrezzo,
del pulmón aderezo,
y para el nerviosismo
caño de tranquilidad.

Y al fin llegaron las palabras,
intercambio en concisa charla,
pues salió de la barra
cuando yo concluía
que con mis torpes manos
jamás crearía
caballo troyano
y avanzar en la liza.

Lo bueno es breve,
como esta victoria,
lapidaria su frase,
afirmación aleatoria,
cuando vapulea, insensible,
la cuestión amatoria:
¿esperar la treintena
para fundir eslabones
de lo que él denomina
una relación-trena?

Apoteósis del antirromanticismo,
y mis versos: oración de dramatismo,
regodeo en el victimismo.
Decepción por reflexiones
que empujan al ostracismo.

Despertar

Cada aurora novel,
habilidad anquilosada,
como legañosos párpados.
Ralentizadas reacciones,
como la expresión del bostezo,
prolongación en el tiempo
de estúpida mueca.

Mi consciencia aletargada
y mi conciencia avergonzada,
enrojecida por la combinación
de trempera mañanaera
y católica educación.

Y en mi ducha llueve desvelo,
mojado desperezar.
Por campanadas las aberrantes notas
que de mi afonía afloran,
y el reloj un detalle olvidado,
ninguneado, desterrado.
La sequía arriba:
Dani amanece.

Buf!

De mi dama alumbradora
nuevas de ceniza,
yo fuera fuerte otrora,
hoy manojo de trizas.

Mi día a día noticiero,
retahíla pesimista,
verso de mal agüero,
de la desdicha alquimista.

Colecciona mi interno fuero
de inseguridades rista,
doy por perdida la pista
para cazar los anhelos
zurzidos a la deriva,
cimentados en quimeras,
pilar de ostias pendencieras
que agoreras ahora arriban.

Mis temores secreciones
supuradas por mis vicios,
infecciosos pormenores
malditos por vitalicios.

Y ruego armisticio,
tregua sin trena,
mi ansiedad subterfugio
que disfraza mi pena.

dissabte

El ambiente del ambiente

De mis galas las mejores,
halo de fragancia porto,
pasos prestos sin temores,
y fingido porte apuesto.

Inmersión en los suburbios
de adulterada franqueza,
máscaras frías, risueñas,
banalidad sin distrubios.

En el reino de lo falso,
fingida amabilidad,
risas tan fundamentadas
en cimientos arenosos
que resulta harto jocoso
su presencia exagerada.

Apoteósis de los estúpido,
clímax de gilipolleces,
creen ser reinas del submundo
mil decrépitas soeces,
víctimas del victimismo,
dramaturgas de sus dramas,
cuentistas cuentacuentos,
fantisiosos, irracionales,
ahora esparcen a raudales
un aura bobalicona
que confiere su carácter
a los antros de esta zona,
donde acuden cuando es tarde
las porteras sin demora.

Todo fachada y semblante,
actitudes hilariantes,
y aunque insista en erigirme
en juez de esta fantochada
sentenciar no es redimirme,
que soy asiduo actante:
formo parte de esta farsa.

Tiro al pájaro

Pajareo,
no por eludidas preocupaciones,
sino por vuelos,
por ser entre nubes,
por osar izarme a altura.
Al divisar la señal,
no una torre de control
sino la sonrisa del pretendido
en boca de otro,
roce entre aquellos
al que soy alérgico,
mis alas se cortan,
se avecina caída libre.
Como memorándum
el charco de mis restos,
la sangre que por él hervía
una mancha dispersa,
en lugar de tragedia
expresión artística,
versos impresionistas
las salpicaduras de mis trizas.
Forzada la expresión,
sonrisa ausente
a pesar de mis llamadas,
y un escalofrío,
no de frío,
sino de angustia,
de pájaro desalado,
de bala precipitada,
recámara sin seguro
y por freno
duro muro.

Nervios de crío

Súbito escalofrío,
cita inminente,
compromiso en ciernes.
Tachaduras cartománcicas,
presentación hecha borrones,
y el temblor de mis manos,
tambaleante lapicero,
retrato de mis temores.
Signo cambiante,
quehacer itinerante,
en la hoguera ajusticiadas
las piedras litigantes,
vaciadas las playeras,
aliviadas mis bases,
concluidos sacrificios,
y mejora mi semblante.
Cada neurona es estrella fugaz,
de ilusión portadora,
de rey mago disfraz.
Constelaciones mi techo,
cubrecamas de mi lecho,
y como un crío aún hoy creo
que pudiera ser real.

Any rere any

La maleta en la cabeza,
en el instinto certeza,
la decisión proeza,
la claridad simpleza,
mi caminar torpeza
y mi quehacer... maleza.
Y tras las uvas,
las primeras, que no las tardías,
proyección del pasado:
tazas de cafeína,
papelillos de nicotina
y garabatos de mi vida.
Metáforas auspiciadas
por poca fortuna,
y la inspiración ansiedad
grabada por las dentelladas
en el tapón de la tinta,
mi sangre tóxica, química,
que circula sobre el papel.
Son los renglones venas,
la cuadrícula sistema
y mis ojos el scánner
que el entorno codifica.
Manojo de rechazo el mundo laboral,
esporádicos ratos el universo carnal,
oasis en la rutina las quedadas con amigos,
y el verso...
el verso vía de escape,
de mis neuronas un derrape
para evacuar
ansias de cambio,
voces de impotencia,
detensar la impaciencia,
divagar y soñar.

Un año sin Ale...

La sensibilidad conmigo moraba,
azul su mirada,
angustiada su cara,
hecha un mar de constantes mareas.

Mi legado las lágrimas
que no supe verter,
ahora a su lado,
no las hallo,
las añoro,
a las saladas y a la de los ojos.

Mare Tristor

Verso atascado,
aquella que me dió luz
lágrimas mudas,
reverbera su voz,
su interior quedó hueco.

Su sayo de piedra
inútil disfraz,
su media sonrisa
vacua mueca,
nefasta actuación.

Miedo al desnudo,
temor a lo franco,
pavor a mostrar
su tímido llanto,
su triste canto.

La flor marchita
por fruto enojo,
fobia hacia su soledad,
visible compañera,
patológico azar.