Saltar muy lejos,
un Atlantico de distancia.
Servir copas hasta la madrugada.
Reconocerte a primera vista
en un pais superpoblado.
Regalarte mi mirada,
mi tesoro verde.
Compartir mis vicios,
mi nicotina, mi cafeina.
Mezclar las lagrimas de la despedida 
con saliva,
para tragar mejor.
Esperar 2 meses,
saborearte 20 dias,
esperar 3 meses.
Hacer oidos sordos
a tu mal humor matutino.
Arrinconar mis cabreos
hasta echarlo de la cama,
para abrazarte.
Comer tres platos mas
de los que mi cuerpo acepta.
Comer poutine con queso,
untar bagels con queso,
estar en una fiesta de queso
aun odiando el queso.
Besarte aunque sepas a queso.
Ver como haces las maletas.
Pasear a 10 grados bajo cero.
Ensenyarte lo mas intimo:
mis lagrimas.
Abandonar el calor mediterraneo
por el inhospito frio.
No volver a Europa,
vivir sin papeles.
Besarte a cada rato
y quedarme distraido al mirarte.
Beber vino desde que el sol se acuesta
hasta que vuelve la luz.
Aceptar que no soy
una de tus prioridades.
Dormir sin camiseta
y dejar que me robes la sabana.
Decirte lo que nunca digo:
te quiero.
Reirme de tu humor cambiante,
de tus decisiones indecisas,
de tu terco modo de hacer las cosas.
Escribirte lo que nunca escribo:
un poema de amor.
e insuflas aire y sentido
a mis pulmones,
a mi vida de reo,
a mi quehacer faldero.
Y entonces entiendo
lo que los astros escriben.
