frente a un Babel de Ego.
Una almohada tejida por Penélope,
psicoterapeuta de la indecisión.

sin mapas,
sin atino,
empujado por los brincos
de pies que rehúyen suelos.
Morfeo por gurú,
Cronos investido juez,
y Eris, la discordia,
acechando a las quimeras.
Tifón, desmedido,
entra en liza,
llora temporales...
y la resaca de los mares
indulta una encrucijada
de posibles e imposibles,
seguridades endebles,
de senderos tortuosos
que quizá algún día se encuentren.